Del 1 al 4 de febrero de 2024, se llevó a cabo en Roma un histórico encuentro que reunió a representantes de diversas vocaciones consagradas de todo el mundo. Bajo el lema «Peregrinos de Esperanza por el Camino de la Paz», el evento fue una convocatoria para preparar el Jubileo del año 2025. La dinámica sinodal y de comunión marcó cada momento, permitiendo un profundo reconocimiento y aprecio por la diversidad de vocaciones presentes. En el mismo participó el Hno Ezequiel Takaya cmf, junto a otras tres personas consagradas de la Orden de Virgenes, la Vida Religiosa y los Institutos Seculares.
La experiencia fue verdaderamente global, con la participación de 300 delegados provenientes de 62 nacionalidades. Desde países donde el cristianismo es minoritario hasta aquellos inmersos en conflictos y luchas sociales, el llamado a ser «artesanos de paz» resonó con fuerza. La esperanza se erigió como motor para enfrentar las adversidades, transformando la frustración en creatividad y libertad.
Los verbos «Creer, crecer y caminar» guiaron el encuentro, instando a renovar el testimonio de esperanza, crecer en el amor y caminar con la fuerza de la fe. Esta renovación espiritual se traduce en un compromiso activo con la bondad, la inclusión y la comunión, esencia misma de la vocación consagrada. El mensaje del Papa Francisco de crear un ambiente de esperanza y confianza resuena como una guía para el camino jubilar que se emprende.
Con el mandato de ser portadores de esperanza y agentes de reconciliación, los participantes regresan a sus países dispuestos a continuar la labor iniciada en Roma. Su misión es clara: ser testigos vivos de la paz y la alegría del Evangelio, invitando a otros a sumarse a este viaje hacia el Jubileo de la Vida Consagrada en 2025.