Una misión que interpela y anima – Colegio Claret de Bahía Blanca.

El Grupo Misionero «Pintando Sonrisas» del Colegio Claret de Bahía Blanca concretó este año el sueño de la misión en Ingeniero Jacobacci, provincia de Río Negro.
Desde el martes 23 al martes 30 de abril se desarrolló esta experiencia de misión junto a la comunidad de misioneros claretianos de Jacobacci: sacerdotes, religioso, seminarista, dos jóvenes que están haciendo su experiencia de voluntariado, comunidad parroquial, y los adolescentes y adultos del Grupo Misionero de nuestro colegio. Una misión compartida, itinerante, al estilo de Claret.

El grupo conformado por 38 alumnos y alumnas de 5to y 6to año del Nivel Secundario del Colegio Claret coordinado por 5 adultos fue enviado a la misión en una misa celebrada con las familias de los misioneros, profesores y comunidad en general, que también fueron una parte fundamental en la etapa de animación y preparativos.

Una vez en I. Jacobacci, una parte de la actividad misionera se realizó en ese lugar con el grupo completo. Luego, se dividieron en 3 grupos más pequeños de misión: uno en Maquinchao, otro en El Caín y el tercero en Colán Conhué.

El clima árido, ventoso y frío contrastó con la calidez de la gente, generosa en el recibimiento en sus casas, amable en sus gestos y agradecidos por las visitas.
En cada lugar los misioneros visitaron las casas, se acercaron a escuchar las historias de vida, a compartir las experiencias propias. Visitaron escuelas, hogares de niños y de ancianos, llevando juegos, bingos y canciones.

La misión deja el corazón agradecido, lleno de nombres y de historias. Algunas que duelen. Otras que entusiasman. Todas que interpelan nuestro modo de vida y nos llevan a reflexionar y a encontrarnos con Jesús, Amigo, Hermano, Maestro.

El Grupo Misionero Pintando Sonrisas retoma ahora sus actividades en barrio Villa Miramar, de Bahía Blanca, en la misión cotidiana de compartir encuentros todos los sábados: también para jugar y desayunar con los niños y niñas del barrio, conocer a las familias, dar apoyo escolar y seguir soñando la próxima misión porque “Misionero que se cansa, es el que no camina”.

 

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